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¿Es la ética una habilidad?

Actualizado: 16 oct 2020


 

La ética intenta responder la pregunta ¿cómo debemos vivir?, la dificultad de responder esta cuestión la comprobamos al estar inmersos en la vida diaria.

Uno de los temas más importantes y a la vez más difíciles de tratar en la vida es la ética, es decir, la manera en que guiamos nuestras acciones a través de valores y principios que nos ayuden a distinguir entre lo que es bueno y malo. Dicho de otra manera, la ética intenta responder la pregunta ¿cómo debemos vivir?, la dificultad de responder esta cuestión la comprobamos al estar inmersos en la vida diaria, sin duda hay momentos en los cuales nos cuesta trabajo saber cuál es la acción correcta: ¿Debo de dar dinero a las personas sin techo? ¿Debo sacrificar mi descanso para ayudar a un amigo? ¿Está bien robar algo si realmente lo necesito?, aunque muchas personas ignoran estas cuestiones en busca de diversos intereses, si queremos que nuestras acciones tengan una repercusión positiva en nuestro entorno es necesario que reflexionemos acerca de la ética.


Antes de ahondar más, es importante distinguir entre ética y moral ya que, aunque estos conceptos están entrelazados, la distinción entre los dos nos ayuda a tener más claridad a la hora de analizar nuestras acciones. La ética es una disciplina filosófica que busca fundamentar formas de vivir y actuar de manera correcta, es decir, busca principios que valgan para todas las personas.


Existen distintas teorías éticas como, por ejemplo, la eudaimonía que propone la búsqueda de la felicidad como fin último de la vida, el utilitarismo que define al bien como aquello que produce bienestar al mayor número de individuos o incluso el hedonismo que establece que las personas deben buscar el placer para ser felices.


Por otra parte la moral está ligada a costumbres y valores particulares que se practican en distintos contextos sociales. A diferencia de la ética la moral cambia con el espacio y el tiempo, por ejemplo, no tenemos los mismos valores ahora que hace 100 años, pero el principio de que la felicidad es un fin último de la vida sigue perdurando.


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Al distinguir entre ética y moral puede que surjan algunas preguntas ¿Los valores con los que guiamos nuestra vida son universales? ¿Dependen de la sociedad en la que vivimos? o ¿Simplemente cada uno decide qué valores seguir? Todas estas preguntas son válidas, dignas de reflexión y en cierto sentido tienen un poco de razón. Lo cierto es que tanto los valores éticos, como los morales son creaciones humanas por lo que responden a contextos reales, pero también responden a formas de pensar, formas de ejercer nuestra libertad y a las habilidades de los propios individuos.


Así es como podemos decir que, queramos o no, siempre existe una forma en la que guiamos nuestros actos, sea esta cultural, personal o ética, entonces ¿Cómo podemos crear un cambio en nuestros valores? Quizá una respuesta sea la práctica de la ética como una habilidad blanda, es decir, utilizar la ética como una herramienta que nos ayude a desarrollarnos de manera integral y a lograr nuestros objetivos personales y profesiones.


Esto lo logramos creando nuevos paradigmas que puedan guiar conductas individuales dentro de las organizaciones, a la vez que reflexionamos sobre las implicaciones éticas de la organización entendida como un todo, que funciona gracias a los individuos. Estos paradigmas son la innovación, el trabajo en equipo (ser más horizontal que vertical), la empatía (el contacto con los otros), la inclusión y el liderazgo, habilidades que nos ayudan a crear acciones grupales con fines útiles para la sociedad en general. La ética y las organizaciones no deben de estar peleadas.


En conclusión, la ética es una herramienta que nos permite usar nuestras habilidades de una manera responsable para que éstas siempre estén dirigidas hacia fines benéficos, tanto para nosotros como para el mundo que nos rodea. No es sorpresa que muchos de los problemas de nuestro tiempo como la pobreza, el calentamiento global o la violencia tengan su raíz en una falta de reflexión ética acerca de las repercusiones de distintas acciones por lo que, aunque requiera de un esfuerzo extra, solo a través de acciones éticas podremos cambiar nuestra realidad.




Referencias:

Juan Eduardo Errázuriz - Hacia una educación más integral: Soft skills y ética

Antonio Guerrero Ruiz - Un análisis profundo sobre la ética y la moral

 

Por: Andrés González

Investigador de Magia en Dédalo México, estudió filosofía en el Claustro de Sor Juana, está interesado en conocer nuevas pedagogías que respondan a las problemáticas contemporáneas.


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