Cómo dejar de ser secundario en tu vida y convertirte en protagonista de tu historia
- Santiago Lecumberri

- 15 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 jun
Hay domingos que se sienten como pausa.
Como si el mundo estuviera respirando lento, esperando algo.
Y a veces, esa pausa es justo lo que necesitamos para mirar con más verdad.
Hoy quiero proponerte una pregunta incómoda, pero necesaria:
¿Estás viviendo como protagonista… o solo estás reaccionando a lo que pasa?
La vida en modo automático
De niños, muchos crecimos observando cómo los adultos funcionaban:
Despertar.
Trabajar en cosas que no disfrutan.
Poner cara de todo bien.
Dormir.
Repetir.
Y sin darnos cuenta… aprendimos lo mismo.
Nos entrenaron para obedecer más que para pensar.
Para seguir caminos prehechos en lugar de crearlos.
Para creer que así era la vida.
Pero algo dentro de ti no está de acuerdo.
¿Por qué tanta gente vive como un NPC?
NPC = Non-Player Character
No es que no tengan sueños.
Es que nunca les enseñaron a elegir.
Vivimos atrapados entre:
Lo que nos condicionaron a hacer.
Lo que el sistema industrial espera de nosotros.
Y lo que creemos que “deberíamos” hacer para no fallar.
Todo esto crea una atención reducida, casi robótica.
Y cuando vives desde ese lugar, tu destino ya está escrito.
Pero tú no viniste a obedecer.
Viniste a crear.
El camino del protagonista
Si no decides tú tu camino, alguien más lo decidirá por ti.
Y ese alguien no tiene tus sueños, ni tu visión, ni tu urgencia.
Para dejar de ser espectador y convertirte en protagonista necesitas tres cosas:
Conciencia. Ampliar tu mirada. Ver lo que antes no veías.
Acceso. Usar las herramientas que tienes (sí, también tecnología).
Agencia. Actuar sin esperar permiso. Ser quien inicia.
La agencia no es una cualidad mágica.
Es un hábito.
Un hábito que empieza cuando dejas de esperar a que las condiciones sean perfectas…
y te atreves a moverte desde lo que hoy ya tienes.
Tu vida como experimento
Ser protagonista no es saber siempre qué hacer.
Es vivir como si todo fuera un gran experimento con propósito:
El Objetivo: Algo que te importe de verdad.
El Experimento: Una hipótesis, una acción.
La Experiencia: Recoger datos reales, sin juicios.
La Corrección: Ajustar y seguir.
No se trata de seguir instrucciones.
Se trata de escribir las tuyas.
De poner tu propio pin en el mapa, aunque no sepas el camino completo.
Y de recordar que sí: estás por tu cuenta…
y eso es algo increíble.
Este martes: súmate a nuestro encuentro mensual
Si esta reflexión te movió algo por dentro, quiero invitarte a que vengas al encuentro mensual gratuito de la comunidad.
Nos reunimos virtualmente para compartir, crecer, y recordarnos que no estamos solos en este camino de intentar ser mejores sin perdernos a nosotros mismos.
Este martes volvemos a vernos.
Vamos a hablar de todo esto:
Del burnout, de la agencia, de cómo sostener el camino con intención.
Es gratuito. Es abierto. Y es un espacio para construir algo juntos.
Nos vemos dentro
Lecu




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