top of page

Trabajar con culpa. Descansar con ansiedad. ¿Hasta cuándo?

No trabajes con culpa (ni procrastines con ansiedad)


A veces solo necesitas una siesta de 10 minutos.


O un poco de agua. O tantito sol.


(Si lo piensas bien, no somos tan distintos a las plantas).


Llevamos años peleándonos con la procrastinación, como si fuera el enemigo mortal de todo lo importante. Pero la verdad es que pelearte con la flojera solo te cansa más.


Abrazar no es rendirse


Tu cuerpo te pide flojera. Dásela... pero con límite.


¿Cinco minutos? Perfecto. Regálale esos cinco completos (de verdad, completos). Saborea la hueva. Tírate. Disfrútala. Pero luego cumple lo que prometiste: regresa. Haz lo que toca.


¿Tienes sueño? No te hagas el valiente. Duerme 10 o 15 minutos, máximo. Cierra los ojos sin culpa y sin scroll. Después vuelves. Mejor.


La clave no está en ignorar la necesidad. Está en dosificarla. Como cuando tu sobrinito te pide postre. Le dices que sí (pero poquito). Que lo disfrute. Que lo saboree con gusto. Pero eso es lo que hay.


Haz una cosa o la otra (pero no las dos mal)


No trabajes mientras te saboteas con pensamientos de que "mejor estarías en TikTok".


Y no estés en TikTok pensando en todo lo que deberías estar haciendo.


Ni una cosa ni la otra se disfrutan así.


Tu vida y tu trabajo no están peleados.


Tu cuerpo y tu cabeza tampoco.


Solo tienes que escucharlos. Darles lo que necesitan (en la dosis justa) y luego seguir con lo que sí te importa.


¿Y tú cómo procrastinas?


No se trata de pelearte con la flojera. Se trata de aprender a convivir con ella sin que te domine.


Y si te interesa platicar de estos temas (y otros igual de sabrosos), te espero el próximo martes en nuestro encuentro mensual.


Es un espacio para compartir, reflexionar y conectar con otras personas que también están construyendo una vida con más intención (y menos culpa).





Nos vemos ahí.


—Lecu

Comentarios


Dédalo México® 2025

bottom of page