El balance entre vida y trabajo es un mito moderno
- Santiago Lecumberri

- 25 jul
- 2 Min. de lectura
¿Y si no tienes que elegir entre vivir o trabajar?
No creo en el famoso “balance vida-trabajo”.
No porque me guste trabajar 24/7 (spoiler: no), sino porque parte de una idea que, en mi experiencia, es falsa: que la vida y el trabajo son enemigos. Polos opuestos.
Dos fuerzas que hay que poner en balanza, como si fueran pesos iguales que compiten por tu tiempo y tu energía.
Y no. Así no funciona. Así no vivimos.
¿Y si dejamos de dividirnos?
Cuando intentamos “balancear”, caemos en una trampa mental muy común: tratar de repartir horas como si fueran rebanadas de pastel. Como si por cada minuto que trabajas, debieras compensarlo con un minuto exacto de descanso o “vida”.
¿Pero qué es “vida” para ti? ¿Y qué es trabajo?
En mi caso, trabajo en cosas que me emocionan, que me frustran, que me retan, que me hacen crecer. Y también descanso, juego, comparto, amo, escribo, río y me canso.
Todo eso es vida. Todo eso soy yo.
Separarlo me suena artificial. Agotador. Como querer dividir el cielo en mitades exactas de día y noche (cuando sabemos que hay amaneceres, crepúsculos y eclipses).
No una balanza. Un triángulo.
Lo que yo propongo es dejar de pensar en mitades y empezar a ver nuestra vida como un triángulo. Con tres pilares que sostienen todo:
Salud (mental, física, emocional)
Relaciones (las que te nutren de verdad)
Propósito o profesión (eso que te mueve y te construye)
No todos necesitan lo mismo todo el tiempo.
Habrá momentos donde tu salud necesita más espacio, o donde una relación pide más energía, o donde un proyecto profesional se vuelve urgente (y emocionante).Y está bien.
No se trata de repartir el tiempo en tercios perfectos. Se trata de escuchar lo que necesita más atención en cada etapa. Y darle su lugar.
Más armonía, menos culpa
El “balance” busca exactitud. La armonía busca sentido.
Una orquesta no suena bien porque todos los instrumentos tocan al mismo volumen todo el tiempo. Suena bien porque cada uno entra en el momento correcto, con la intensidad adecuada.
Tu vida también puede sonar así.
Solo necesitas escucharte más. Y dejar de pensar que “trabajar mucho” es un problema o que “descansar” es perder el tiempo. No se trata de dividir. Se trata de vivir completo.
¿Y tú, qué parte de tu triángulo necesita más espacio esta semana?
Nos vemos el martes en el encuentro mensual, donde justo hablamos de esto (y de mucho más): cómo construir una vida con sentido, sin tener que elegir entre trabajar o vivir.
Porque vivir bien también se entrena.
—Lecu




Comentarios