Cómo convertir tus sueños en acciones: el método que realmente funciona
- Santiago Lecumberri
- 11 jun
- 2 Min. de lectura
Imagina esto:
Estás cenando con tu mejor amigo.
Han pasado 12 meses desde hoy.
Estás celebrando, riendo, con una copa en la mano y diciéndole:
“No sabes todo lo que logré este año.”
El método es ese, preguntarte “¿qué me gustaría celebrar con mi amistad más cercana en 12 meses?”
Lograste cosas grandes en todas las áreas importantes de tu vida.
No solo trabajo.
No solo familia.
No solo cuerpo o mente.
Todo.
Porque por primera vez, no monopolizaste tus metas.
El gran error al ponernos metas
Somos buenísimos para hacer listas…
pero malísimos para diversificar.
Hay quienes ponen TODAS sus metas en lo profesional.
Otros en su relación de pareja.
Otros solo en el cuerpo o en las finanzas.
Y eso siempre termina igual:
En burnout.
Porque estás volcando toda tu energía
en una sola cubeta que tarde o temprano se rompe.
¿Qué pasa cuando diversificas tus metas?
Pasa magia.
Porque cada tipo de meta te recarga distinto.
Algunas te agotan físicamente… pero te llenan de claridad.
Otras te drenan mentalmente… pero te reconectan emocionalmente.
Hay metas sociales que te agotan… pero te devuelven la creatividad.
Y cuando están bien repartidas…
La marea sube pareja.
Y tú subes con ella.
Cómo lo hago yo (y cómo puedes hacerlo tú)
Me imagino en esa cena con mi mejor amigo.
Me visualizo contándole todo lo que logré.
Me pregunto: “¿Qué tendría que pasar este año para que eso sea real?”
Luego bajo esa visión a metas específicas.
Y por último, me hago esta pregunta: ¿Cuál es el primer paso?
Ese primer paso, lo doy HOY.
No en enero.
No en lunes.
No en “cuando tenga tiempo”.
Hoy.
Si te emociona construir tu año así...
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Porque todo lo que sueñas puede pasar, si te atreves a imaginarlo con tanta fuerza… que te dé ganas de construirlo.
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