Cada vez son más las instituciones que le dan una gran importancia a que sus integrantes tengan un nivel de desarrollo en habilidades blandas.
Cada vez son más las instituciones públicas o privadas que le dan una gran importancia a que sus integrantes tengan un nivel de desarrollo en habilidades blandas, es decir, que sean conscientes de la importancia que tiene el manejo de nuestra personalidad, emociones y disposición a trabajar a la hora de colaborar dentro de un grupo. Además se ha comprobado que el aprendizaje de habilidades blandas tienen una repercusión a largo plazo, tanto a un nivel profesional como personal.
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Aún así, podemos levantar algunas dudas acerca de cómo es que dichas habilidades pueden ser enseñadas, asimiladas y aplicadas, es decir, cómo es que las dimensiones emocionales, cognitivas y sociales de una persona pueden ser moldeadas para llevarlas al cumplimiento de objetivos deseados. Para responder a esta pregunta tendremos que repasar las bases en las que se fundan las habilidades blandas.
Inteligencia emocional: La inteligencia emocional está derivada de la forma en que nos movemos en sociedad. Al contrario de lo que se piensa, los sentimientos nos ayudan a tomar decisiones importantes como con quién casarnos, qué carrera elegir, así como para discriminar los caminos de acción que queremos o no tomar, por lo que es muy importante entender la forma en que funcionan.
Constructivismo: El constructivismo es una corriente psicológica donde es el paciente quien tiene el papel central en construir el significado de su vida. El constructivismo busca maneras de adaptarse a la sensibilidad y forma de ser de las personas que trata. El constructivismo intenta crear aprendizajes significativos que son aprendizajes capaces de conectarse con el contexto de cada persona, esto solo se logra si existen verdaderos enlaces experienciales y sociales con los contenidos que se crean en la enseñanza.
Psicología positiva: La psicología positiva se basa en que la mejor forma de dar solución a los problemas psicológicos es prevenirlos, es decir, en lugar de reprimir un comportamiento negativo es mejor intentar crear condiciones de bienestar para que éste no aparezca. La psicología positiva busca que las personas encuentren sus propias fortalezas, conozcan su valor para que puedan resolver sus problemas a través de la mejora de sí mismos.
Desarrollo personal: Con el desarrollo de la competitividad de los mercados laborales han surgido una gran variedad de prácticas para que las personas puedan mejorar su capacidad productiva. El llamado coaching engloba una serie de planteamientos que ayudan a las personas a motivarse a salir de su zona de confort. Aunque estas prácticas no siempre tienen un sustento científico, en muchas ocasiones resultan efectivas porque ayudan a las personas a modificar conductas negativas.
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Las soft skills no son una formula mágica, requieren de constancia y trabajo, pero sí pueden ser aprendidas por cualquier tipo de personas. Aún así requieren ser enseñadas con atención, por personas que entiendan su relevancia en las experiencias del mundo real. Además deben ser puestas en práctica en distintas situaciones, dentro y fuera de la escuela o del hogar. Es por eso que Dédalo concibe su proyecto más allá de una práctica empresarial, sino como un comunidad que busca mejorarse jugando dentro de su realidad.
Referencias:
Soft skills assessment: theory development and the research agenda - Stephen Gibb
Por: Andrés González
Investigador de Magia en Dédalo México, estudió filosofía en el Claustro de Sor Juana, está interesado en conocer nuevas pedagogías que respondan a las problemáticas contemporáneas.