¡Hola! Lindo viernes
Esta semana, ha sido muy dura, me ha tocado enfrentarme con decisiones difíciles tanto personales como profesional, y te comparto lo que me dijo un mentor:
Da el salto.
Es así de simple. Pero es tan difícil al mismo tiempo.
Todos estamos al borde de algo grande. Algo que podría cambiarlo todo.
Pero el miedo nos mantiene en nuestro lugar. Cómodos en nuestro lugar, hábitos o mediocridad.
La verdad: la grandeza está al otro lado de ese salto.
Lo he comentado varias veces en un de mis conferencias, las mejores cosas en esta vida, están detrás de 20 segundos de miedo extremo.
Los mejores viajes, trabajos, aventuras, experiencias y amores… requirieron 20 segundos de alta valentía para hacer que las cosas pasen
Con miedo sí.
Hace 6 años, estaba yo dando una conferencia a la mitad de la nada, en una montaña en el norte de México, y un participante se acercó a decirme que cual sería una buena señal para comenzar.
Yo, muy decidido agarré un plumón y le pinté un punto en la mano. Le dije que esa era su señal. Que cuando la volviera a necesitar se pintara un punto en la mano.
¿Quieres saber la verdad? Te lo escribo a ti, para que yo lo pueda leer.
Uno solo enseña lo que tiene por aprender, y aquí estoy, aprendiendo de este proceso, siendo radicalmente honesto y transparente contigo.
Los siguientes pasos se tratan de abrazar lo desconocido, la incertidumbre. Y no mirar atrás.
¿Qué te detiene? ¿Dudas? ¿Vergüenza? ¿Las opiniones de los demás? ¿Una mezcla de todos?
Dar el salto significa apostar por ti mismo, finalmente. Hoy, nos toca apostar por nosotros, y al mismo tiempo prepararnos, capacitarnos y trabajar para que “los momios” estén a nuestro favor.
Es decir: "Creo en mí más de lo que creo en jugar a lo seguro".
Es elegir el potencial sobre la previsibilidad.
Es elegir el talento sobre la monotonía.
Es más que aterrador. Pero tan emocionante.
Escuché algo el otro día y quiero compartirlo: “No puedes descubrir nuevos océanos a menos que tengas el coraje de perder de vista la orilla.”
Da miedo perder la seguridad de ver la orilla, de no tener donde agarrarnos, pero aunque no vea la orilla, si veo a las personas con las que elegí cruzar este camino.
Llegar a la otra orilla, descubrir nuevos paraísos, nueva gente, nuevos retos y la nueva versión de ti mismo…
¿Y esa transformación? Eso es todo.
Abrazo fuerte,
Lecu
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