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Un camino de desarrollo y crecimiento personal

¡Déjenme contarles algo! Cuando tomé la decisión de iniciar en mi propio autoconocimiento, me sentí bastante perdida inicialmente. Sabía que podían existir un sinfín de posibilidades, pero también había una parte no tan agradable como el millón de miedos que sentía en lo profundo de mi ser. Es curioso cómo el simple acto de querer entenderme a mí misma se convirtió en un fuerte trabajo de desarrollo y crecimiento personal.


Al principio, me encontré explorando sobre mis capacidades, talentos, tratando de entender qué me hacía única entre 8 mil millones de personas en el mundo. Cada paso en este proceso era como descubrir una mini yo, partes de mí que había estado esperando ser reconocidas y validadas. Pero no todo fue fácil; tuve que enfrentar mis propias limitaciones, esas creencias que me mantenían en mi zona de confort.


El crecimiento personal se convirtió en mi guía en este duro proceso. Me enseñó a desafiar esos patrones bastante arraigados de comportamiento que me mantenían estancada, a superar mis miedos y a abrazar mis vulnerabilidades. ¡Y vaya que son bastantes! Fue como ir una a una arrancando capas para descubrir mi verdadero yo, cruda y auténtica.


Pero luego descubrí el desarrollo personal, una herramienta poderosa que me permitió profundizar aún más en mi autoconocimiento. Con él, pude trazar un mapa claro de mis metas y objetivos, comprendiendo en qué dirección quería dirigir mi vida. Cada paso se volvió más consciente, más intencional, y la motivación surgía desde lo más profundo de mi ser.


Lo interesante es que descubrí que el crecimiento y el desarrollo personal no son dos caminos separados, sino más bien dos caras de la misma moneda. Si bien cada uno tiene su enfoque único, juntos forman un camino completo hacia el autodescubrimiento y la realización personal.


En mi proceso, aprendí que el crecimiento personal se trata de aceptar quién soy en este momento, con todas mis imperfecciones, y vaya que son muchas, y por supuesto, mis fortalezas. Es un largo camino de amor propio y aceptación, un proceso de transformación interna que nunca termina. - ¡Seguimos trabajando en ello!


Por otro lado, el desarrollo personal me mostró el poder de tomar las riendas de mi vida y dirigirla hacia donde yo quisiera. Es la convicción de convertir mis sueños en realidad, paso a paso, con determinación y perseverancia.


Entonces, ¿cuál elegir? ¡No elijo! Creo firmemente que ambos son indispensables en este proceso de autodescubrimiento. Juntos, me han llevado más allá de mis límites, hacia un lugar de infinitas posibilidades.

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