Primera del año
- Santiago Lecumberri
- 9 abr
- 2 Min. de lectura
Voy camino a dar mi primera conferencia del año.
Y en otros años… esto ya sería tarde.
¿A qué me refiero?
Estar en el mes 4 sin haber dado una sola conferencia hubiera sonado a locura.
Pero esta vez, no es así.
Llegué a tener un ritmo de vida que me aceleraba todo.
Muchos viajes.
Mucho movimiento.
Y aunque me encanta moverme…
El movimiento por moverse no me sirve.
El movimiento sin dirección no es avance.
Aunque a veces lo parezca.
Es como esa gente que está ocupada todo el tiempo.
Siente que es productiva… pero no lo es.
Es como caminar en una caminadora: te cansas, sí…
pero no avanzas.
Y si tu meta es avanzar, no cansarte…
Algo no está funcionando.
Mi año más pesado en conferencias fue 2019.
Casi 200 conferencias en un solo año.
109 vuelos.
Más de dos vuelos por semana.
Pasé más tiempo en hoteles, taxis y aeropuertos que en mi propia casa.
Y aunque parecía que sí…
no estaba avanzando tanto como creía.
Hoy estoy haciendo lo contrario.
Estoy trabajando mucho… pero para avanzar mucho.
Sí, sigo dando conferencias.
Pero solo aquellas que me resuenan.
Que me mueven.
Que me hacen avanzar.
¿Alguna vez te conté cuando di una conferencia en una secundaria y los alumnos armaron una revolución en mi contra?
¿O la vez que los participantes me amarraron a la mitad de un bosque entre Nuevo León y Coahuila?
No siempre se avanza.
Pero somos expertos en hacernos creer que sí.
Y no solo a los demás…
a nosotros mismos.
Por lo pronto, escribo esto desde algo así como un tren.
La conferencia es en unos días, pero me vine antes.
Voy a aprovechar para algo muy especial.
Pero eso te lo cuento en otro momento.
Lo que sí te puedo decir es que ahora estoy más enfocado que nunca.
Ahora tengo resultados que hace unos años ni siquiera imaginaba.
Hoy no se trata solo de llegar a más gente.
Se trata de llegar más profundo.
Sin más, hasta aquí mi reporte.
(Por cierto, la próxima semana tenemos una cita virtual. gratis.
Nos vemos dentro.)
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