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Los cuidados psicológicos que debemos dar a nuestros hijos

Actualizado: 16 oct 2020


 

Nuestro estado psicológico es la manera en que experimentamos y entramos en contacto con nuestras emociones.


Desde el miedo que nos produce una situación desconocida, la tristeza que sentimos cuando perdemos algo, la felicidad que nos da alcanzar una meta, la incertidumbre de pensar en el futuro, o la euforia que experimentamos en una celebración, toda las experiencias que vivimos están acompañadas por un estado específico de nuestra mente y emociones, es por eso que cada día cobra más importancia la atención y cuidado que demos a reflexionar y a equilibrar estos estados.


Nuestra psicología es algo que se modela y cambia a lo largo de nuestra vida, este hecho explica por qué distintas personas reaccionan de mejor o peor manera a situaciones similares, pero también es fundamental para entender que somos capaces de aprender y mejorar nuestro control sobre nuestros estados emocionales.


La educación en el cuidado de nuestra salud psicológica empieza desde la infancia, por eso como padres debemos procurar que nuestros hijos sean capaces de adquirir habilidades para identificar su estado de ánimo y saber expresarse al respecto, así mismo es necesario que cuidemos la manera en que nosotros los hacemos sentir con nuestras actitudes y ejemplos.



Es común que los niños no sepan manejar sus emociones o que se dejen llevar por las mismas, pero no es sano que el niño se vuelva visceral o que se dañe a sí mismo o a los demás debido a el influjo de emociones negativas. Un niño sano emocionalmente será aquél capaz de encontrar un sentido de pertenencia social, se sienta aceptado por los demás, amado por sus seres cercanos y él mismo. Para lograr esto como padres nuestro primer cuidado psicológico será brindarle cariño, respeto, confianza, respaldo y empatía.


Otro aspecto importante que podemos fomentar como padres es la apertura a hablar acerca de nuestras emociones. Muchas veces reprimimos los sentimientos de nuestros hijos debido a una serie de prejuicios que manejamos como que lo niños no lloran, o que no deberían estar tristes si no les falta nada material, o que no tienen motivos para sentir x o y, etc. Además de ser contraproducente, es mucho mejor atender las emociones del niño y darle un espacio para expresarse y sacar lecciones de esa vivencia.



En conclusión, establecer espacios para que los niños puedan expresar sus sentimientos y enseñarlos a expresarlos de manera adecuada nos puede ayudar a formar buenos hábitos psicológicos desde edad temprana. Además de esto, no podemos dejar de hacer énfasis en que los niños aprenden con el ejemplo, por lo que mientras como padres seamos igualmente capaces de expresar nuestros sentimientos hacia ellos de manera adecuada, los niños aprenderán a ser responsables con sus afectos.



Fuentes:

Juan López Vico - Cómo ayudar a nuestros hijos en su educación psicológica y emocional


 

Por: Andrés González

Investigador de Magia en Dédalo México, estudió filosofía en el Claustro de Sor Juana, está interesado en conocer nuevas pedagogías que respondan a las problemáticas contemporáneas.


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