Lo que aprendí antes de los 30
- Santiago Lecumberri
- 29 may
- 2 Min. de lectura
No sé qué se siente cumplir 30.
En especial, porque NUNCA los he cumplido.
Pero sí sé que se siente cumplir todos los anteriores.
Porque… me acabo de dar cuenta que estoy a un mes de cumplir 30 años.
Chíngate esa.
No sé si sea mucho o poco.
Pero sí sé que se siente importante.
Como un hito.
Como algo que no puede pasar desapercibido.
Y siendo muy honesto… si me conocieras, sabrías que ni mi cumpleaños ni mi edad me han importado mucho.
No me pesan los años.
No me estresa crecer.
No me peleo con lo que viene.
Pero este número… impone.
No por lo que cambia (me voy a dormir igual, me voy a despertar igual).
Pero sí por lo que representa.
¿Qué tanto puede cambiar la vida a los 30?
Ya tomo Riopan preventivo si salgo de noche.
Las cicatrices me duran más.
(Tengo una en la pierna por una picadura de mosco. Literal.)
A veces tengo que dormir sentado.
Y me canso más rápido.
Pero —al mismo tiempo— busco más a mis amigos.
Aprecio más a mi familia.
Sigo corriendo y he logrado maratones.
Le doy mucha importancia a cosas que antes no.
Y ya no me importan tantas cosas que antes me quitaban el sueño.
Hago cosas que amo.
Quiero más a mi gente.
Y no creo eso de que te vas quedando con menos amigos.
Tengo amigos viejos increíbles…
Y también le abro la puerta a gente nueva y mágica.
Siempre lo digo (aquí y en mis programas):
Los cumpleaños y los años nuevos son excusas buenísimas para repensarlo todo.
No dejan de ser un hito imaginario, sí… pero también poderoso.
Que me sigan sobrando esos momentos mentales para reflexionar, agradecer y escribirle a la gente que quiero.
Y si leíste hasta acá, quiero pedirte algo:
Comenta.
Esta plataforma tiene los comentarios abiertos y me encantaría leerte.
Gracias por estar, gracias por leer. También quiero leerte de vuelta.
PD. Aunque no festejo tanto mis cumpleaños… soy talla plantas e ilustraciones.
Les di un mes de anticipación.
Nos vemos en los 30.
Lecu
Comments