La comunicación es una parte esencial en la familia, cuando esta se lleva a cabo de manera adecuada, se crea un ambiente de unión y afecto entre todos sus integrantes.
A veces, la comunicación entre padres e hijos, suele verse afectada por diferentes situaciones, una de éstas, son las emociones de cada miembro de la familia, por ello, es importante aprender a manejar nuestras emociones positivamente.
Si queremos educar en la felicidad, necesitamos enseñar a nuestros hijos a gestionar sus emociones. Pero ¿Cómo podemos hacer esto?
Intenta no ser negativo: A la hora de comunicarnos con nuestros hijos, lo mejor es no dar opiniones cerradas, impositivas o directivas, especialmente si son de mayor edad. Hay que recordar que la interpretación del mundo que nuestros hijos hacen dependerá de la manera cómo nosotros se lo comunicamos, por ello, tenemos que intentar ser positivos. Hablemos sobre las actitudes y los hechos y no sobre ellos como personas. Por ejemplo en lugar de decir “eres malo o tonto”, cambiar nuestro enfoque a “lo que hiciste no fue bueno” o “quizá podrías haber hecho algo diferente”.
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Todos nos equivocamos: Como padres, queremos controlar todas las situaciones que viven nuestros hijos a diario, ya sea en casa, con sus hermanos, amigos, compañeros etc. Sin embargo, hay que entender que cometer errores es lo que nos hace humanos, y una gran fuente de aprendizaje. Aprendamos a escuchar a nuestro hijos, enseñemosles a reconocer y rectificar sus equivocaciones con comprensión, y también seamos demos el ejemplo reconociendo esos momentos en los que nosotros nos equivocamos. Con esto nuestros hijos confiarán más en nosotros y podrán escuchar otras formas de resolver cualquier problema, y tendrán la apertura para contarnos lo que les pasa.
Hablemos de los logros y del esfuerzo: En muchas ocasiones los hijos necesitan escuchar que apreciamos y reconocemos sus logros, por ello es importante darles reconocimiento tanto por los resultados que obtenga, como por su esfuerzo cuando no consiga lo que se proponga y animarlos a que luchen por conseguirlo. Por ejemplo, cuando nos digan “no sé hacer un rompecabezas”, hay que enseñarles a decir: “No sé hacer el rompecabezas todavía”. De ese modo, conseguimos que entren en la mentalidad de crecimiento y las emociones positivas.
Los tres agradecimientos del día.:El psicólogo Tal Ben-Shahar, profesor de la Universidad de Harvard y experto en felicidad, recomienda que antes de dormir agradezcamos las tres cosas positivas que nos han sucedido a lo largo de nuestra jornada. Podemos ponerlo en práctica durante la cena, cuando leemos un cuento a nuestros hijos o cuando le damos un beso de buenas noches.
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La finalidad es muy clara cuando existe el pilar del agradecimiento en la familia, se fomenta la gratitud, la complicidad, pero, sobre todo un respeto mutuo y valores.
Fuente:
Pilar Jericó - Cuatro formas de generar emociones positivas en casa
Dédalo Redacción